Al sacar una conclusión sobre mis dichos, mis palabras, mis pensamientos, mis afirmaciones, me han catalogado muchas veces de romántico o utópico. Posteriormente me he catalogado a mi mismo como un tonto, como una persona que busca en vano un supuesto ideal. Creo que lo mejor seria buscar un punto medio en eso; la exploración con el objeto de un equilibrio que implique una racionalización de mis argumentos. Un crecimiento en medida del conocimiento, que no se base exclusivamente en un desencanto frente a la utopía de una sociedad justa y correcta, dentro de los parámetros de la buena fe (y ya no estoy no estoy pidiendo que sea igualitaria, porque eso ya es una situación prácticamente inalcanzable), sino una concientización y un riguroso saber y estudio sobre lo que se esta hablando para poder debatir, crear nuevas ideas y con el tiempo degradar esa idea contraria. Llegué a la conclusión, hace un tiempo, de que el que mas sabe sobre un tema, se convierte en el primer y mas capacitado enemigo acérrimo del mismo, ya que lo estudio a fondo para poder contrarrestarlo; Es eso de lo que hablo, de aquella medida del anarquista con respecto al capitalismo, conocerlo hasta en su mas mínima expresión para poder confrontarlo con argumentos.
Quizás precisamente un medida romántica sea el hablar de igualdad. Y hoy por hoy con la existencia del actual mercado capitalista, el cual es inherente a la vida actual, es prácticamente imposible despegarse de el y de lo que el implica. Es quien desarrolla una función social que le permite poner en contacto a oferentes y demandantes de un mismo bien o servicio, con el objeto de regular los flujos de bienes y servicios, así como de dinero a través de la formación del precio, en todos los niveles de la vida. Ese mercado, es el mismo que produce esas situaciones de desigualdad en las que nos vemos inmersos en el día a día, sin posibilidad de salida; desigualdad a la cual quizás no buscamos, o no nos convendría buscar. La igualdad social es una situación social según la cual las personas tienen las mismas oportunidades o derechos en algún aspecto. Existen diferentes formas de igualdad, dependiendo de las personas y de la situación social particular. Por ejemplo, la igualdad entre personas de diferente sexo, igualdad entre personas de distintas razas, igualdad entre personas discriminadas o de distintos países con respecto a las oportunidades de empleo o la igualdad de diferentes razas respecto a derechos de tránsito, de uso de transportes públicos o de acceso a la educación. Lamentablemente todas estas son difíciles de cumplirse en este capitalismo tardío, por todo lo que este implica.
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