sábado, 17 de noviembre de 2007

¿Antiguo?

Es bueno, a veces, mostrar el proceso de producción de un artículo. Este va a ser el caso.
Es muy difícil comenzar a escribir cuando se tienen varias ideas concretas en la cabeza y ninguna se relaciona entre si; Esta en mí, de ahora en más en este texto, demostrar mi capacidad de relacionarlos de la manera más convincente. Comencemos por donde regularmente se empieza: por el principio. En los últimos días vine apreciando una sensación que aqueja a muchos adolescentes que atraviesan la barrera de los veinte. Estoy experimentando síntomas que indican indefectiblemente que me estoy poniendo viejo. Si: muchos pensaran: “si vos te sentís viejo ¿que les queda a los de sesenta?”; pero sin embargo es una sensación extraña. El otro día me llego una de estas estúpidas y poco creibles cadenas de mails. Esta vez la leí, porque el titulo me atrajo (ya con esto me desacredito solo). Era justo lo que estaba buscando.; Me interesó, ya que hablaba del “síndrome de los veintitantos”. Decía que le llaman la 'crisis del cuarto de vida'. La misma se explaya amenazandote, diciéndote que te empiezas a sentir inseguro y te preguntas donde estarás en un año o dos, pero luego te asustas al darte cuenta que apenas sabes donde estás ahora. Y no estaba muy errada. Entonces proseguí. Mas adelante decía que sucede a menudo que te das cuenta de que cada vez es más difícil ver a tus amigos y coordinar horarios por diferentes cuestiones: trabajo, estudio, pareja, etc. Y cada vez disfrutas más de cuanta excusa exista para charlar un rato. Decia ademas que las multitudes ya no te son 'tan divertidas'... hasta a veces te incomodan. Y extrañas la comodidad de la escuela, de los grupos, de socializar con la misma gente de forma constante. A mi, esto me sucede con la música en particular, por mi condición de melómano eterno. La música ya no es lo que era. Me acuerdo allá a lo lejos los momentos en que escuchaba y grababa en mi doble casettera con un casette virgen colocandolo del lado izquierdo, aquel grupo que me gustaba, o directamente de la radio (y eso que no soy tan viejo), y aparecía mi mamá y yo bajaba el volumen o escondía todo rápido como si fuera algo malo, para que no me dijera con desaprobación:"¿Qué es ese ruido? ¡¿Qué es eso?, que feo! ¡Ah, música era la de antes!". Y yo ahora, escucho la radio, bajo discos enteros de la Web, veo dvd`s, me actualizo constantemente, pero sin embargo no hay que nada me haga sentir igual a lo que me pasaba con mis bandas, aquellas con las que crecí, las que se escuchaban en los 90`s, y aquellas otras que me encargue de averiguar y crear en mi mente, las de los setentas y los ochentas. Es un lugar común actualmente para mí, lo que le pasaba a mi mamá conmigo hace 10 años.
Hoy por hoy, la mayoría de las producciones son plagios. Analogías u hasta homologias, es decir, esa semejanza de origen entre dos estructuras, pero que pueden tener una función y un aspecto diferentes. Pero eso sucede por una contaminación general y una falta de creación e inventiva importantes, además de que la música como arte derivó en producto, apto para el consumo indiscriminado y para ubicarla en masa, donde el hecho artístico esta aislado y los que hacen música por amor al arte no tienen cabida.
Igualmente hasta las bandas nuevas suenan ya todas iguales, teniendo sonido a "banda nueva".Me pregunto entonces… ¿Los grupos que suenan ahora serán recordados dentro de 20 años como pasa hoy en un fogón con Vox Dei o Serú Giran? ¿Sabrán los argentinos del 2027 quienes fueron Pier, Jóvenes Pordioseros o Guasones? ¿O solo los quilmeños recordaran a Júnior, cantante de La 25, porque fue un enganche excedido de peso surgido de la cantera del Quilmes Atlético Club? ¿Sabrán aquellos jóvenes del futuro que Callejeros era un grupo medianamente conocido, o solo recordaran más al juicio a Omar Chaban, o el paradójico, triste y escalofriante caso de esos músicos procesados por matar a sus propios familiares?
Esta claro que es muy difícil encontrar un sucesor nato y digno en esta década de Serú Girán, Soda Stéreo, Pescado Rabioso, Sumo, Manal, Miguel abuelo, Aquelarre, etc. Y viajando al plano internacional, no es fácil ser el nuevo U2, Queen, Nirvana, Led Zeppelín, Depeche Mode…y la lista sigue... Muchas bandas, como The Police o Genesis (olvidándonos de los réditos que les da a sus bolsillos y a los de las empresas patrocinantes y managers) vuelven a los escenarios porque hay una necesidad de cubrir ese hueco generacional del que estamos hablando.
Esto se da (porque no me sucede a mi solo) por esta falta de alguien que logre en estos días anémicos de melodía igualar los pergaminos de aquellos que enumeré renglones arriba, o transformarse en un referente real del cambio, la renovación, la movilización, la distinción, la búsqueda, la sorpresa, la protesta, la expresión artística, como lo hizo ayer la música progresiva, con Pink Floyd por citar un ejemplo. Y es aquí donde quería llegar. Hace dias, viendo una publicidad del nefasto programa televisivo de Tinelli observe una recreación, en los lagos de palermo, de lo que bien podría haber sido una escena del programa “Alta tensión”;Un automovil de la epoca y bailarines alrededor de frondosos arboles y colores por doquier. Hablo de aquellos shows en los que se inundaba al pueblo de música complaciente e Ilusiones vanas para mantenerlos ciegos y así de a poco borrar mentes y tapar los problemas. Y esto es una comparación, una analogía. Esto paso en los setentas, y vuelve a pasar ahora. ¿Todo esto queda antiguo? No para nada, siempre se recurre a aquello que dio resultado. Y en los setentas dio resultado, Porque no ahora en la era K. Asi, me pregunte porque el hombre hace ese tipo cosas, como tropezar dos veces con la misma piedra. ¿No será cuestión de que solo me estaré despertando recién y que en lugar de estar poniéndome viejo solo tengo la curiosidad y la inocencia utópica de un niño?

jueves, 15 de noviembre de 2007

Polo: buscando indicios

Fabián Polosecki, o simplemente “Polo”, fue un periodista sensible que, en su fugaz paso por la televisión, logró revolucionar la forma de narrar historias en ese medio en la década de 1990. Con sus programas “El otro lado” y “El visitante”, hoy considerados de culto, reflejó como nadie lo había hecho los diferentes matices que se esconden detrás de las vidas de hombres y mujeres casi siempre ignorados y muchas otras despreciados. Con sus entrevistas profundas y sus relatos en off le puso rostro e historia a personajes marginales, como prostitutas, criminales, drogadictos o desocupados.

Polo se suicidó arrojándose debajo de un tren el 3 de diciembre de 1996.

“Esas historias con las que me había encontrado y que habían sido como un rumor que me ayudaba a escribir; ahora eran un estruendo que me impedía escuchar mi propia voz. En los últimos meses, había oído demasiado y había visto cosas que hubiera preferido no ver”

Polo en off, durante el capítulo «Día de Cierre», El otro lado, 1993.


Ampliacion y análisis en las proximas entradas

miércoles, 14 de noviembre de 2007

Excusados

Si, estoy mal, no me pregunten por que, denme
razones por las cuales debería estar bien.
Hay gente que no sabe distinguir entre pescado
y pez muerto.
Deben tomar el camino de la bicisenda, palabra
demasiado futurista para el presente,
demasiado del pasado para el futuro,
y demasiado atemporal para el pasado,
¿
entonces vamos?
adelante, sirvan copas, desnuden botellas.
¿
De que vamos a hablar?
simplemente de algo nuevo.
Nada que se haya hablado, ¿y si inventamos un lenguaje?
seria arriesgado, pero al menos nosotros dos o tres
que nadie lo sepa del momento que lo creamos hacia atrás,
pero que nosotros dos o tres si a partir de que lo creemos
¿
crear algo juntos? ¿Que les parecería?
se que no se puede, pero es lo que quiero,
no puedo hacer nada para tenerlo,
entiendo todo, pero no hay mas que hacer, que no hacer.
Ausencia de poder

Así rezaba la editorial que creaba y recitaba con voz gruesa Nicolás hace ocho meses, aquel segundo programa, de la segunda temporada, de nuestro primer programa de radio

Problemas de la reproductibilidad

La reproducibilidad técnica es un método relativamente nuevo que habla de, no solo una mera automatización de la reproducción que propicia una mejoría y ahorro en tiempos y calidades (como sucede por ejemplo con la imprenta) sino que también expresa una notable merma en la creatividad e innovación por parte de artistas y estudiantes. Si bien la utilización de objetos y obras idolatradas, de culto, y valederas de carisma y calidad artística se ha dado históricamente para su imitación, y a partir de esa imitación o copia, la evolución y el aprendizaje, es hoy donde aparece mi duda. Benjamín habla de que, incluso en la reproducción mejor acabada falta el aquí y ahora de la obra de arte, su existencia irrepetible en el lugar en que se encuentra. Todo eso es lo que me preocupa. Gracias a videos, libros, e intentos de copias, los mas jóvenes han (y hemos) podido conocer los que nuestros antepasados quizás solo oyeron hablar en mitos o vagas historias. Actualmente nos podemos empapar de arte. Aunque esto suene saludable, a mi manera de ver puede resultar peligroso. Me pregunto ¿que hubiese sucedido si yo nunca tuviese la posibilidad de haber visto un Kandinsky, y con un poder creativo innato, a una corta edad, hubiera hecho una obra similar? ¿Hubiera sido un genio o me hubieran tildado de plagio, ya que alguien alguna vez hizo algo parecido, que solo se podía ver en lujosos museos?: Ahora que lo conozco, no solo me gustaría habar sido yo quien hiciera esas pinturas, sino que me queda la duda histórica, Lo mismo sucede con el joven actual; La misma contaminación que tienen los medios es la que tienen los jóvenes, que desde pequeños se ven inundados por pinturas que les quitan, seguramente, creatividad. Es aquí cuando aparece el valor cultural, y el valor de exhibición de la obra artística. La reproductibilidad técnica de la obra artística modifica la relación de la masa para con el arte, claramente dijo Benjamín. Además estoy de acuerdo en que un cuadro siempre ha tenido la aspiración a ser contemplado por pocos, y que visto por muchos lleva a un síntoma temprano de la crisis de la pintura, como, según el autor, sucedió con la aparición de la fotografía. Ahora que todos podemos tomar fotografías en cualquier parte, que podemos copiar las pinturas mas famosas, y que los mas ortodoxos ya no se asustan por aquellas muestras contestatarias… ¿la creatividad y la innovación por donde pasan?...

Tardio

Al sacar una conclusión sobre mis dichos, mis palabras, mis pensamientos, mis afirmaciones, me han catalogado muchas veces de romántico o utópico. Posteriormente me he catalogado a mi mismo como un tonto, como una persona que busca en vano un supuesto ideal. Creo que lo mejor seria buscar un punto medio en eso; la exploración con el objeto de un equilibrio que implique una racionalización de mis argumentos. Un crecimiento en medida del conocimiento, que no se base exclusivamente en un desencanto frente a la utopía de una sociedad justa y correcta, dentro de los parámetros de la buena fe (y ya no estoy no estoy pidiendo que sea igualitaria, porque eso ya es una situación prácticamente inalcanzable), sino una concientización y un riguroso saber y estudio sobre lo que se esta hablando para poder debatir, crear nuevas ideas y con el tiempo degradar esa idea contraria. Llegué a la conclusión, hace un tiempo, de que el que mas sabe sobre un tema, se convierte en el primer y mas capacitado enemigo acérrimo del mismo, ya que lo estudio a fondo para poder contrarrestarlo; Es eso de lo que hablo, de aquella medida del anarquista con respecto al capitalismo, conocerlo hasta en su mas mínima expresión para poder confrontarlo con argumentos.

Quizás precisamente un medida romántica sea el hablar de igualdad. Y hoy por hoy con la existencia del actual mercado capitalista, el cual es inherente a la vida actual, es prácticamente imposible despegarse de el y de lo que el implica. Es quien desarrolla una función social que le permite poner en contacto a oferentes y demandantes de un mismo bien o servicio, con el objeto de regular los flujos de bienes y servicios, así como de dinero a través de la formación del precio, en todos los niveles de la vida. Ese mercado, es el mismo que produce esas situaciones de desigualdad en las que nos vemos inmersos en el día a día, sin posibilidad de salida; desigualdad a la cual quizás no buscamos, o no nos convendría buscar. La igualdad social es una situación social según la cual las personas tienen las mismas oportunidades o derechos en algún aspecto. Existen diferentes formas de igualdad, dependiendo de las personas y de la situación social particular. Por ejemplo, la igualdad entre personas de diferente sexo, igualdad entre personas de distintas razas, igualdad entre personas discriminadas o de distintos países con respecto a las oportunidades de empleo o la igualdad de diferentes razas respecto a derechos de tránsito, de uso de transportes públicos o de acceso a la educación. Lamentablemente todas estas son difíciles de cumplirse en este capitalismo tardío, por todo lo que este implica.

Medios locos

El mensaje de la televisión actual esta circunscrito a imágenes despiadadas y sin censura, que navegan en el aire de los canales (sobre todo de noticias) con la crudeza que los caracteriza, y el afán de captar mas audiencia. Todo esto sumado y enaltecido a la digitalización y disponibilidad (e incluso increíble instantaneidad) de recursos; De esta manera se esta depurando aquella premisa que manifestaba Stuart Hall, que afirmaba que el evento debe convertirse en una “historia” antes de que pueda convertirse en un evento comunicativo. Actualmente el evento comunicativo no necesariamente es basado en una historia, son imágenes, no precisamente elegidas al azar, pero que si tienen una impronta veloz y casi sin análisis histórico y de contendió. Una cultura de no “chequear” la información antes de “poncharla”, una cultura del vivo, que no se si es la mejor, pero que es parte de una “agenda”, para determinado medios.

Según Hall, el consumo o recepción del mensaje televisivo es también en si mismo un “momento” del proceso de producción en su sentido más amplio, si bien el último es “predominante” porque este es el “punto de partida de la realización” del mensaje. Remata entonces con la idea de que “La producción y recepción del mensaje televisivo no son, por ende, idénticas, pero ellas están relacionadas: son diferentes momentos dentro de la totalidad formada por las relaciones sociales del proceso comunicativo como totalidad”. Esto nos demuestra el afán por la inmediatez y las imágenes directas y concisas, y es la televisión el único medio capaz de codificar de esta manera un lenguaje atan complejo.

¿Está entonces la televisión funcionando como un arma de doble filo, ya que la exposición de una imagen, puede hacer que haya mucha menos información de la misma situación? ¿O esta pretendiendo salir de esa melancolía u anestesia del mundo, como lo intentan el cine y las películas sangrientas, bizarras, de marcianos o de terror, intentando una compensación con una realidad tan “pulcra”? ¿O esto nos esta llevando a encontrar realidad y ficción entremezcladas y no poder diferenciarlas?

La lamparita

Una de las ideas que estaban dando vuelta por estos dias en mi cabeza es la búsqueda que realiza (o realizaba) el hombre para alcanzar la perpetuidad de un objeto o producto. Busqué exhaustivamente bibliografia o articulos sobre el intento de una idea de “móvil perpetuo“, incluso. En medio de esa investigación, recordé que, en alguna oportunidad, con un buen ejemplo, un diseñador y asesor de imagen muy reconocido, me contó algo que, si bien no era una novedad porque que es un teoría sabida, nadie me la había explicado con claridad. El me manifestaba que una lamparita, foco, bombita, como quieran llamarlo, tiene un filamento que no resiste mas de uno o dos años de continuo encendido y apagado, y que las tecnologías actuales podrían hacer posible el desarrollo de un foco con un filamento tan resistente (incluso a golpes importantes de tensión) que duraría lo mismo que la expectativa de vida que tiene hoy por hoy un ser humano (a menos que este foco o el artefacto luminaria que lo soporta sufra un golpe, o que un rayo dañe la instalación eléctrica, claro está). El obvio motivo por el cual estas lamparitas no se producen ni diseñan, no es su alto costo, sino el desbarajuste económico que implicaría en las terminales productoras de estos elementos lumínicos. Nadie compraría nunca más un foco, ya que este tendría prácticamente cierta perpetuidad. Con este ejemplo intentó demostrar que hay casos en los que el hombre no busca esa inmortalidad, porque iría en detrimento del mercado capitalista.

¿Todo tiene una explicación?

Muchas veces, la mayoría de las personas sabemos el “como” de las cosas y no “por qué” suceden. Si bien nada esta a salvo en este mundo, siempre tenemos un pequeño resguardo, algo con lo que contamos siempre, algo que nos conduce, o no. Ese es el factor suerte. Favorable o no, este nos acompaña sin objeciones ni excepciones a lo largo de nuestra vida. Es aquel juez q nos obliga sin avisarnos a hacer lo que debemos y lo que no, o directamente se nos antepone de improviso. Es aquel que quizá nos condena a un destino eterno en un solo instante.

Todos los días nos situamos frente a diferentes disyuntivas. ¿Pero como sabe uno cual es la mejor decisión? Aunque existan otros factores como la intuición, la sensatez y la viveza o perspicacia, la suerte, que quizá no sea el agente mas importante, es si un gran determínate a la hora de un fallo o determinación final; Por lo cual, ¿cuantas veces hemos pensado y dicho: “Si hubiéramos hecho tal cosa no hubiera pasado tal otra”?

Discrepo de aquellos que afirman que la suerte esta echada. Pienso fervientemente que todos los días atravesamos circunstancias y sorteamos obstáculos y que es ese movimiento de objetos, personas y obligaciones lo que nos lleva a cambiar constantemente de objetivo, lo que hace que la rutina nunca sea rutina, que los “deja vú” sean cada vez menos frecuentes, y que cada día sea sumamente distinto al otro, que nada sea seguro. Esto nos hace pensar que no hay parámetros de nada, que nadie puede prever nada con mucha anticipación, que nadie sabe a ciencia cierta que va a pasar, que hasta los pronósticos del tiempo fallan, que la suerte, el azar o lo que no espere a la vuelta de la esquina es cada vez mas influyente en nuestra vida a tal punto de decidir por nosotros, cosa que, a los mas estructurados no les atrae para nada, y que para los mas aventureros es un desafío nuevo cada día. En conclusión, la suerte o el destino, ocasionan que no tengamos la más mínima idea de los que nos puede pasar mañana cuando despertemos, si es que despertamos, o lo que me suceda a mí cuando termine de imprimir este escrito, si es que puedo.

Mas tarde, investigando, encontré fragmentos que pueden tranquilamente acompañar mis fundamentos. A medida que los leía, veía como yo, sin quererlo, me había copiado de ellos sin saber siquiera de su existencia. Muy paradójico todo, pero fue una contingencia real la que me pasó. Lo incluyo a modo de cierre.

La suerte es una flecha lanzada que hace blanco en el que menos la espera” (1) o también “Más vale una cuchara de suerte que una olla de sabiduría” (2) dicen casi con el mismo sentido dos refranes populares que dejan bien en claro que es la suerte la que influye en nuestras decisiones. Como si, sin quererlo, alguien más se encuentra con nosotros para velar por nuestro futuro.

Además, en el prólogo de "El cuaderno rojo”, se menciona.: “(...) El mundo estaba fuera de él, a su alrededor, delante de él, y la velocidad a la que caminaba la hacía imposible fijar su atención en ninguna cosa por mucho tiempo. El movimiento era lo esencial, el acto de poner un pie delante del otro y permitirse seguir el rumbo de su propio cuerpo. Mientras vagaba sin propósito, todos los lugares se volvían iguales, y daba igual donde estuviese. En sus mejores paseos conseguía sentir que no estaba en ningún sitio."

En este mismo texto se habla de la obsesión de Paul Auster por el azar y la casualidad, que es bastante perceptible en diferentes pasajes de “El país de las ultimas cosas” (ya sea en la fortuna de Anna Blumme en encontrar siempre un resguardo frente a la tempestad, como lo fueron su amiga trapera, Sam, o la contención de la dueña del albergue; o en las casualidades que afrontó, como cuando escapándose busco refugio justo en el lugar indicado, la biblioteca; o cuando se arrojó por la ventana del “frigorífico humano” y fue rescatada por el chofer del albergue): "Una vez Paul encontró el idioma del azar, el idioma de la casualidad y las coincidencias, el idioma de los encuentros fortuitos que se convierten en destino (...). Gracias al azar Paul Auster encontró la música del azar. Se hacía novelista mientras: traducía el mundo al idioma del azar, que es también el idioma de la fragilidad (...) Descubrirlo es revelar que somos terriblemente frágiles y vulnerables, que dependemos de la casualidad, que una coincidencia estúpida puede destrozarnos en un segundo. Que una palabra estúpida oída por casualidad también puede fulminarnos. Recordar que las personas son terriblemente frágiles es una obligación moral: Paul Auster dice que es cazador de coincidencias por obligación moral." (3)


(1) Frase de Konrad Adenauer 1876-1967. Político alemán.
(2) Frase popular.
(3) Fragmento del prólogo escrito por Justo Navarro de "El cuaderno rojo” (The Red Notebook) de Paul Auster, Editorial anagrama Barcelona, 1993. Extraído de: http://www.bibliotecaregional.carm.es/literatura/especiales/auster.html