miércoles, 14 de noviembre de 2007

La lamparita

Una de las ideas que estaban dando vuelta por estos dias en mi cabeza es la búsqueda que realiza (o realizaba) el hombre para alcanzar la perpetuidad de un objeto o producto. Busqué exhaustivamente bibliografia o articulos sobre el intento de una idea de “móvil perpetuo“, incluso. En medio de esa investigación, recordé que, en alguna oportunidad, con un buen ejemplo, un diseñador y asesor de imagen muy reconocido, me contó algo que, si bien no era una novedad porque que es un teoría sabida, nadie me la había explicado con claridad. El me manifestaba que una lamparita, foco, bombita, como quieran llamarlo, tiene un filamento que no resiste mas de uno o dos años de continuo encendido y apagado, y que las tecnologías actuales podrían hacer posible el desarrollo de un foco con un filamento tan resistente (incluso a golpes importantes de tensión) que duraría lo mismo que la expectativa de vida que tiene hoy por hoy un ser humano (a menos que este foco o el artefacto luminaria que lo soporta sufra un golpe, o que un rayo dañe la instalación eléctrica, claro está). El obvio motivo por el cual estas lamparitas no se producen ni diseñan, no es su alto costo, sino el desbarajuste económico que implicaría en las terminales productoras de estos elementos lumínicos. Nadie compraría nunca más un foco, ya que este tendría prácticamente cierta perpetuidad. Con este ejemplo intentó demostrar que hay casos en los que el hombre no busca esa inmortalidad, porque iría en detrimento del mercado capitalista.

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